Abolición del Ejército y el Poder de Construir Comunidad

Hoy Costa Rica celebra uno de los momentos más emblemáticos de su historia: la Abolición del Ejército en 1948.

No fue simplemente la eliminación de una institución armada; fue una decisión valiente, inesperada y profundamente transformadora.

Un acto que cambió el rumbo del país y abrió la puerta a lo que hoy somos: una nación que invierte más en educación, salud y bienestar, que en armas y confrontación.

¿Qué tiene que ver esto con nuestros proyectos comunitarios? ¡Mucho!

La abolición del ejército fue, sobre todo, un acto de confianza en el futuro, en la capacidad de la gente y en la fuerza del desarrollo social.

Fue una declaración de que construir vale más que destruir, que invertir en la gente crea más seguridad que cualquier arma, y que el verdadero progreso nace cuando las comunidades se fortalecen desde adentro.

Hoy, cada vez que en el FCG apoyamos un proyecto comunitario, una ADI que se organiza, un emprendimiento cultural que emerge, una iniciativa que une a vecinos, hacemos un gesto similar al que hizo Costa Rica aquel día: Apostamos por el desarrollo social como la mejor herramienta de transformación.

Así como la abolición abrió espacio para escuelas, hospitales y oportunidades, nuestros proyectos abren espacio para capacidades, sueños, alianzas y nuevas posibilidades.
FCG

La pregunta reflexiva para este día es:

¿Qué “ejércitos” debemos abolir dentro de nuestras propias organizaciones y comunidades?

¿La desconfianza?
¿La falta de comunicación?
¿El miedo a innovar?
¿La resistencia al cambio?
¿El individualismo?

Al igual que Costa Rica en 1948, nosotros también podemos tomar decisiones valientes que liberen energía, recursos y talento para construir algo mejor.

Hoy les invito a reflexionar sobre eso y a compartir: ¿Qué podemos “abolir” en nuestro trabajo comunitario para abrir espacio al desarrollo, la unión y la esperanza?

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